Venció 6-4 y 7-5 a Ferrer en un Polideportivo "Islas Malvinas" repleto.
Por Marcelo Solari
El resultado siempre cuenta. Pero al menos, esta vez, no era lo más importante. Hubo un partido, sí, y bastante bueno, en el que Juan Martín Del Potro superó a David Ferrer, por 6-4 y 7-5. Apenas anecdótico, pero redondito como para que la fiesta fuera completa.
Claro que el regreso de ambos tenistas a Mar del Plata resultaba especial por diferentes cuestiones. Especialmente, porque aunque no se habían enfrentado entre sí en aquella fatídica final -para Argentina- por la Copa Davis en 2008, ambos habían sido protagonistas de aquella serie que significó la conquista de la Ensaladera de Plata para España, sin Rafael Nadal y contra todos los pronósticos.
Estaba claro que esta vez la presión era inexistente para cualquiera de los dos. La gran diferencia es que en esta ocasión, el tandilense llegaba como el héroe redimido tras haber conseguido la histórica conquista de la Copa Davis.
El estadio Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”, poblado por más de 7.000 espectadores, lució como en sus mejores noches. A la altura de un espectáculo de primer nivel internacional como el de ayer.
Con sectores VIP habilitados, plateas rebatibles desplegadas hasta bien cerca de la cancha, dos pantallas gigantes en HD, una cámara cenital para la transmisión televisiva, iluminación especial y un largo etcétera.
Eso sí, para desazón de muchos -casi todos, en realidad- a diferencia de lo que sucedió el martes en el DirecTV Arena de Tortuguitas, anoche no se exhibió la Copa Davis. Una pena. Hubiera sido una especie de revancha sentimental.
A las 21.56, el periodista y conductor Matías Martin fue el encargado de abrir la noche. Primero le dio la bienvenida a Ferrer, con un par de preguntas y luego, antes del momento más esperado, se exhibió un video muy bien editado con diversos hitos en la carrera de “La Torre de Tandil”.
Por supuesto, la película concluyó con el momento sublime en que Del Potro levantó la Copa Davis en Zagreb, tras el celebrado triunfo ante Croacia. Y, como era de esperar, esa imagen generó la explosión de toda la gente.
Como se dijo, a pesar de su carácter de exhibición, al partido no le faltaron atractivos desde el juego. Ni tampoco cuestiones tan propias de este tipo de espectáculos, como bromas entre ambos jugadores, algunos puntos tan espectaculares como extensos, fallos erróneos “a propósito” y los consabidos peloteos entre los ball-boys.
Ingredientes que siempre suman para divertir a la gente que se “prendió” para hacer la ya no tan celebrada “ola”. O para alentar con el grito de “¡Olé, olé olé… Delpoooo, Delpoooo!” e incluso con un aplaudido “¡Dale campeón, dale campeón!”.
El nacido en Javea supo ser número 3 del mundo en 2013. De él se decía, incluso, que era “el primero de los terrenales”. Hoy, figura 21° en el ranking mundial de la ATP. Y en su brillante carrera acredita más de 1000 partidos oficiales (son 1025), con 693 victorias y un 67,6% de victorias. Además, ganó 26 títulos. A los 34 años, el ibérico continúa corriendo cada pelota como si fuera la última.
Esa capacidad digna de admiración en las piernas de Ferrer, y la sorprendente velocidad de pelota de la derecha y el saque de Delpo (más impresionantes aún en vivo y en directo), fueron los rasgos más destacados del partido.
Y así, con este triunfo en Mar del Plata, Del Potro pudo cerrar de la mejor manera el año más significativo de su carrera. En el cual, tras soportar tres operaciones de muñeca, fue dueño de “El Regreso del Año”, gracias a escalar más de 1000 puestos en el ranking, producto, entre otros logros, de su plata olímpica, el título en la Copa Davis y la conquista del ATP 250 de Estocolmo.
El momento en el que Del Potro hace jugar a un niño.
El Polideportivo colmado durante la exhibición.
El ingreso de “Delpo” y Ferrer a la cancha y la presentación de Matías Martin.